martes, 29 de junio de 2010

Una vuelta de tuerca

Los jóvenes somos un objeto de la mediatización de la cultura. Estamos expuestos continuamente a críticas y acusaciones fundamentadas con formas simbólicas creadas por adultos. Adquirimos la necesidad de crear situaciones conflictivas para ser reconocidos ante los medios.
Habría que darle una vuelta de tuerca a esto, generando la posibilidad de que la juventud sea escuchada (sus ideas, miedos, deseos) sin fines lucrativos, sino con el objetivo de conocerlos realmente en profundidad.
Para darle un cierre al trabajo me gustaría analizar la siguiente frase: “el hombre moderno no está dentro de una jaula, sino que es un barrote de ella”.
El autor se refiere a “hombre moderno” como aquel inmerso en la sociedad del espectáculo, que prefiere llevar una vida entretenida, distendida y hasta en un punto fácil y leve.
La jaula vendría a ser, en el contexto capitalista, la globalización sostenida con los productores y consumidores de formas simbólicas.
Cuando menciona que el hombre moderno es un barrote de ella, quiere decir que, por un lado, está atascado y , por otro, que es un eslabón fundamental, pues sin esa pieza la jaula no sería jaula.
Sí, el hombre o mujer moderno está atascado, atrofiado en su mundo de ilusiones, pero no todo está perdido, de hecho nada lo está. Quiero aportar una visión optimista al decir que esta ceguera colectiva que sufrimos producto del espectáculo es una bomba de tiempo que pronto estallará.

Rochi B. Díaz

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