martes, 29 de junio de 2010

Conclusión personal.

Pensando en una posible conclusión para mis posteos y analizando los textos leídos pensé en darle un cierre personal, dado el tema sobre el que se está tratando.

No existe nada más complicado ni más sensitivo que la adolescencia en la vida de una persona. Es la etapa en la cual se desarrolla el pensamiento, el ideal, el estilo de vida el cual decidimos seguir, pero también se exploran mundos nuevos para los jóvenes que empiezan ese período de su vida. Me gustaría resaltar la gravedad de la situación de los medios en todo esto. Como dije antes es una etapa de definición total para muchos y en a su vez los medios de comunicación la vuelven vulnerable e influenciable, crean falsas formas de ser entre ellos, identificaciones virtuales que no tienen sentido más allá del consumo de productos simbólicos y económicos, la atracción comercial propia del capitalismo, como explica García Canclini en sus publicaciones desarrollo o contra el son presa de un sistema de producción que los mantiene en vilo, a la expectativa de un celular con una función nueva, desplazando totalmente a la anterior.

Con estas formas de producción consumista, se reprime al joven que ahora vive pendiente de cosas banales y efímeras, tales como celebridades mediáticas de poco seso, o de telenovelas que lo único que hacen es mostrarlos de una manera superficial y estúpida.

Estamos hablando de ellos, de los jóvenes, denunciamos sus malas actitudes, su pérdida del sentido del respeto, el manejo de los vicios. Pero, ¿realmente hacemos algo para cambiar eso? ¿Intentamos acaso entender las causas de su comportamiento? La respuesta es simple: eso no llena puntos de raiting. Se observa a la juventud como eso, como un instrumento de consumo manejable, como una marioneta.

Es realmente inquietante que se los utilice cómo relleno de programación, como medida para subir la audiencia, cuando estas marionetas involuntarias están pidiendo ayuda, están gritado “¡Hey, nosotros también podemos!”, están haciendo señales entre esta niebla que crean los medios de comunicación y producción para no ver lo que están arruinando.

Propongo entonces, desde mi humilde lugar, crear más formas de liberación de pensamiento, de participación, repudio los productos mediáticos efímeros y superficiales, vacíos de contenido, denuncio a los comentarios nazistas sobre los asaltos cometidos por menores sin tener la menor idea de que los llevo a hacerlo y llamo a las juventudes en las que me incluyo a crear nuevas redes de comunicación, a alzar la voz, a ponerse de pie y reclamar nuestro espacio, lo que nos robaron y merecemos que nos devuelvan. Como nota final, aprovecho los versos de una banda que admiro y dejo bien claro el tono de advertencia con el que los utilizo:

La unión hace la fuerza, nunca lo vas a olvidar.

(Mis colegas – Ska-P)

Emanuel Resistencia.

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